lunes, 27 de octubre de 2008

Valdorria - Correcillas - Peña Galicia (25/10/2008)

Valdorria - Correcillas - Peña Galicia (25-10-08)
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A la altura de Nocedo de Curueño hay un desvío hacia Valdorria, la carreterita tiene unas pendientes tremendas con unas curvas tipo herradura que nos lleva hasta un pueblo hermoso, uno de los más bonitos de la provincia de León. Se encuentra a 1.300 m. entre peñas, la más impresionante es Peña Valdorría (1.927 m) y también tiene una belleza especial la peña San Froilan en la que se encuentra la ermita de San Froilan totalmente incrustada en la roca, a la que cada 1 de mayo se dirigen multitud de romeros desde distintos pueblos de la zona para hacer la popular rogativa al santo.

Nosotros hemos decidido hacer uno de las rutas de dicha romería pero al revés, es decir de Valdorria a Correcillas. Salimos atravesando el pueblo de lado a lado, descendiendo por un camino que nos lleva a un pequeño puente que cruza el arroyo de Valdecésar, a partir de aquí el camino va en continuo ascenso. Llegado a un punto, vemos una indicación a la derecha hacia Correcillas, seguimos subiendo hasta que el camino llega a su altura máxima y nos pasa al otro lado de la montaña. Ahora el camino, sin casi perder altura, atraviesa un monte de pequeñas urces y robles. Durante este tramo disfrutamos del paisaje, Peña Galicia (1.656 m.) a nuestra izquierda y no tardamos en ver al frente la Peña Polvoreda o Peña Correcillas (2.011 m.), como este tramo no tiene pendiente, alguna Romera aprovechó para cantar a grito pelao y así aguantando el concierto llegamos a un punto del camino en que se bifurca, nosotros cogimos la pista de tierra que baja y que nos lleva al pueblo de Correcillas.

El pueblo de Correcillas es un pueblo muy rústico, casas pequeñas de piedra con muros muy anchos y corredores soleados. Nos dimos una vuelta por el pueblo y acabamos sentados al sol en el soportal de la iglesia, se estaba de miedo….

Después de un buen rato decidimos buscar un sitio para comer y volvimos sobre nuestros pasos, nos subimos a un alto desde el que se veía una imagen perfecta de la Peña Correcillas con el pueblo abajo y con este panorama nos tomamos un caldito calentito, nos comimos los bocadillos y para rematar nos tomamos un cafetito calentito que para eso cargamos con los termos.

Una vez ya nutridos proseguimos camino hasta que llegamos a un punto en el cual podías seguir el camino de vuelta a Valdorria o cogías un camino estrecho que te ponía en dirección hacia Peña Galicia, hubo 4 Romeros de los 9 que hacíamos la ruta que decidimos subir y con mucho humor y un poquito de esfuerzo llegamos a la cima, desde la cual teníamos una panorámica estupenda.

Nos hicimos unas cuantas fotos y decidimos regresar, para eso teníamos que volver a coger el camino de vuelta a Valdorria, lo que nos obligaba a dar un rodeo de miedo para salvar una bajada con bastante pendiente por la roca o bajar con mucho cuidado que fue lo que hicimos, (la verdad es que parecía más complicado de lo que fue en realidad), una vez en el camino regresamos a Valdorria donde nos esperaba una cerveza bien fría en el bar del pueblo.

domingo, 19 de octubre de 2008

Ruta Las Biescas (Solle 19/10/2008)

Solle - Las Biescas (19/10/08)
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Comenzamos el recorrido en Solle, al final del pueblo hay una fuente y al lado se encuentra el panel que describe la ruta. La ruta comienza por una pista de tierra con una leve subida dirección al puerto Linares, atravesamos una zona de prados y la verdad es que nos hizo un día tan bueno que el sol molestaba, ya que este tramo cada vez tiene más pendiente y no tiene sombra.
De frente se ve la Peña del Valle y justo a sus pies vemos un refugio de pastores, pero nosotros no vamos a llegar a él porque para llegar a Las Biescas tenemos que dar la espalda a la Peña del Valle y seguir el camino hacia la derecha. Por el camino, que ahora apenas tiene desnivel, disfrutaremos de unas preciosas vistas, de los colores del otoño y podremos observar varios tipos de frutos de otoño como son moras, brunos, setas, etc. Así, casi sin darnos cuenta nos internamos en un precioso bosque de avellanos que te envuelve porque las ramas de una orilla del camino con las de la otra hacen como un túnel y si a esto le sumas la alfombra de hojas, ya es para creer que se va a aparecer el hada del bosque.
Para atravesar este bosque de avellanos nos costó un buen rato porque por la época del año en la que estamos el camino estaba lleno de avellanas y por lo tanto todos los romeros nos dedicamos a recolectar avellanas y a dejarnos las muelas en el intento de comerlas.

El bosque se acaba repentinamente en el collado de Orones, allí fue donde decidimos parar para comer, nos subimos a un alto desde el que veíamos el enorme Susaron, Puebla de Lillo, un buen trozo del Pantano del Porma, el macizo Mampodre, Solle y San Cibrián, vamos, que las vistas en un ángulo de 360º eran para no perdérselas. Allí arriba, presidiendo el mundo, degustamos unos exquisitos bocadillos y después un cafetito, mientras observábamos a un cazador que había apostado detrás de una roca y que como no había forma de que estuviéramos en silencio nos miraba mal…

Eso sí, menuda sorpresa nos llevamos cuando de repente por la ladera de un monte que teníamos enfrente aparecen cinco ciervos (hembras y crías) y cuando todavía no les habíamos perdido de vista, por la misma ladera aparecen otros tres que a toda carrera se meten en un pequeño bosque de robles. El cazador ni se movió y eso que pasaron todos por delante de él, pero eran hembras y crías y además después nos enteramos que había una batida de jabalí.

Después de ver el espectáculo decidimos continuar la ruta, ahora ya de descenso hacia el pueblo de Solle, primeramente hay que bajar por un prado bastante en cuesta hasta llegar a un camino bien marcado que de nuevo nos mete en el bosque de avellanos, al salir atravesamos una zona de prados verdes a los que de vez en cuando parece como si les hubieran dado unas pinceladas de color ocre, marrón, amarillo, caldera…

Seguimos bajando hasta llegar a un pequeño arroyo y de nuevo al mismo camino por el que comenzamos la ruta.

Es una ruta muy fácil y muy bonita y tengo que decir que la gente del pueblo es muy cordial y amable. Nos tomamos un refresco al llegar y nos contaron historias de cuando hace muchos años subían a recoger avellanas, de la divertida rivalidad entre los mozos y mozas de Solle y Orones, historias de lobos, enormes nevadas, etc.

Un domingo bien aprovechado

viernes, 17 de octubre de 2008

Pola de Gordón - Pico Fontañán 11/10/2008

Pola - Fontañan (11/10/08)
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Esta ruta comienza en el mismo pueblo de Pola de Gordón, hay que entrar en el pueblo cruzar el puente sobre el río Bernesga y seguir por la carretera hasta cruzar las vías del tren, un poco más adelante ya se ve el panel de comienzo de ruta.

Se empieza por un camino que da acceso a varios prados con una leve pendiente, poco a poco vamos calentando hasta llegar a un alto que nos mete en un precioso robledal lleno de helechos que debido a la época de año en la que estamos están de color amarillo, la verdad es que después de la subida se agradece entrar en el robledal al cobijo de los árboles y disfrutar del bosque, de los colores, de los olores, sentir la humedad …, llegamos a un área de recreo donde algunos romeros con la disculpa de la foto aprovechamos para hacer la primera parada.

La ruta a partir de aquí es en continuo ascenso y siempre por un camino estrecho que atraviesa bosques de hayas. Las hayas en esta época del año son muy bonitas, sus hojas se ponen rojas, el suelo es de color caldera, las rocas están cubiertas de musgo de un color verde intenso y hay multitud de setas.

La verdad es que hicimos varias paraditas para coger aliento y poco a poco llegamos al final de un hayedo y allí mismo decidimos parar a comer el bocata, sentados en unos troncos caídos que parecía nos estuvieran esperando…

A partir de aquí parte de los Romeros deciden dar la vuelta por donde vinieron y otra parte decide seguir ruta hasta el Pico Fontañán. Los que seguimos cambiamos de valle por un trocito que no tenía vegetación, solo pedregal, bastante llano y que de nuevo nos llevó a otro hayedo que éste sí que estaba pinado, pero igual de bonito que el anterior. Poco a poco salimos del hayedo y entonces llegó lo peor, un cacho que solo era pedregal y con una pendiente del copón, encima no se veía que había detrás de esa cacho cuesta, pero para nuestra sorpresa según llegamos arriba vimos delante de nosotros uno de los picos de Fontañán, esto si que fue una sorpresa porque pensábamos que estaba mucho más lejos, allí nos sentamos disfrutando de las vistas, escribimos unas letras en esa pequeña libreta donde todo el que sube deja huella de su visita y nos dispusimos a explorar las trincheras que para vergüenza de todos los españoles nos recuerdan que no hace tanto hubo una guerra civil y que éste era un punto estratégico que cubría el paso hacia Asturias…

La bajada comienza en línea recta por la arista de la montaña, hay que tener cuidado por que es todo roca pequeña y piedras sueltas y ya llegando como a mitad de camino entramos en un pinar de pinos altísimos y muy rectos, aquí si que vimos setas curiosísimas…

Siguiendo el camino llegamos al área recreativa que encontramos al principio, de nuevo atravesamos el robledal y pasito a pasito llegamos al final de la ruta. Desde allí llamamos al resto de los Romeros para que nos dieran su situación y resultó que estaban en una terracita de la plaza del pueblo y ya iban por la 3ª cañita….

Debo de decir que tal vez sea de las rutas, en cuanto a bosques, más bonitas que hemos hecho y también la ruta mejor señalizada que nos hemos encontrado.

lunes, 13 de octubre de 2008

Cofiñal - Lagunas de Tronisco - Pico Lago - Cofiñal (13/10/2008)

Pico Lago - Lagunas de Tronisco (13/10/08)
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La ruta parte de un camino que sale a la derecha de la carretera una vez pasado el pueblo de Cofiñal (1.180 m.) a la altura del PK 4. Es un camino estrecho que cruza un arroyo y un pequeño bosque de unos 100 metros y que nos lleva a una pista de tierra, la ruta a partir de este punto va a ser siempre en continuo ascenso, se lleva bien porque la pendiente no es muy dura, discurre entre hayas y robles que en esta época del año son espectaculares por los diferentes tonos que tienen sus hojas.

La primera parada fue en un puesto de vigilancia de ICONA, subimos y admiramos las vistas e intentamos ver algo, pero con el escándalo que montamos (esta excursión fue secundada por 17 Romeros) es imposible ver nada, nos hicimos la foto y proseguimos camino hasta la majada de Tronisco, allí hay un refugio es muy buenas condiciones, es un lugar abierto, se pueden ver los prados y al frente el hayedo de Tronisco, aquí paramos y nos llevamos un buen susto, ya que una de nuestras jóvenes Romeras entró en el refugio y otra cerró la puerta dejándola dentro, el susto fue cuando nos dimos cuenta de que no había quien abriera la dichosa puerta, después de un buen rato intentándolo los más fuertes de nuestros Romeros lo consiguieron…

De este refugio parten dos caminos, nosotros seguimos recto, ya que el camino que sube a la izquierda va al Puerto de las Señales, así poco a poco llegamos a una señal de nieve que si subiéramos desde aquí recto llegaríamos a las Lagunas de Tronisco y recto al Pico Lago (2.007 m.), pero nosotros continuamos por el camino hasta llegar al Collado de Tronisco en donde paramos ha disfrutar de las vistas y a comer el bocata.

El paisaje a partir del refugio ya es totalmente abierto, mucha roca y montañas inmensas que parece que te envuelven, la vegetación son praderas y monte bajo, urces y enebros.

Después de comer el bocata unos cuantos Romeros tras reponer fuerzas decidimos subir al Pico Lago, por lo que monte a través subimos primero hasta las lagunas (que daba pena verlas del poco agua que tenían) y después a la cima del Pico Lago, desde donde se podían ver un mar de montañas, daba igual para donde miraras, lo que desde el Collado parecía grande se quedó pequeño, desde allí arriba todo parecía pequeño y todo parecía inmenso. Valió la pena subir y disfrutar de la vista del Macizo de Mampodre, del majestuoso Susarón, de la Peña Ten, incluso se veía el Pantano del Porma y yo creo que aquella pirámide que se veía tan a lo lejos era el Espigüete, espectacular….

Como hipnotizados empezamos a bajar, eso sí, con mucho cuidado y volvimos al Collado de Tronisco, donde el resto de los Romeros ya estaban un poco hartos de esperar, tras contar nuestra aventura y enseñar alguna foto decidimos regresar al punto de partida, al llegar al refugio unos cuantos Romeros decidieron cruzar los pastos que llevaban al hayedo de Tronisco y bajar a través de dicho hayedo y otros decidimos regresar por la pista de tierra que nos llevaba directo a los coches.