La
ruta parte desde la cerrada curva que da comienzo al Puerto de las Señales
(1.300 m), a 500 m del puente de los Hitos, donde se encuentra la entrada al
Pinar de Cofiñal.
El
camino discurre por la margen derecha del Valle Pinzón, que remontamos, dejando
en todo momento el arroyo a nuestra izquierda. A los 2 kilómetros cogemos un
claro desvío que torna al norte, ascendiendo por una vallina, hacia el paraje
denominado el Borugo.
Salimos
en dirección este, buscando una zona de pastos, y dejando el arroyo que baja
del Borujo a nuestra espalda, sin cruzarlo en ningún momento. Al poco viramos
al norte para dirigir nuestros pasos hacia el collado de la Muesca Braga (se
llama así, lo juro).
Una
vez superado el collado, ya estamos en Asturias, en el Parque Natural de Redes.
Seguimos una senda que nos baja hasta el collado de las Arenas, pasando por los
parajes del Llano del Páramo y de las Morteras. Continuamos enlazando collados
hasta el Collado del Puerco (se llama así, lo juro), y de allí sin demasiadas
dificultades ascendemos hasta las Planas (1.818 m), la mayor altura de la
Sierra de Príes.
La
idea era seguir el cordal, hasta el Canto del Oso, pero el mal tiempo nos echó
para atrás, eso y el horario, que ya era ajustado, pues no es fácil orientarse
y calcular el tiempo de vuelta. La prudencia manda.
La
sierra de Príes y la Sierra de Pintacanales hacen una especie de muralla que
rodea, casi totalmente, a la Majada de la Vega de Brañagallones (1.250 m), un
sitio precioso.
La
fauna es abundamente, y frondosos bosques cubren gran parte del paisaje,
lástima de mal tiempo que nos impidio disfrutar por más tiempo de este hermoso
paisaje.
La
vuelta la hicimos por el mismo sitio hasta el collado de la Muesca Braga, desde
donde descendimos, con dirección este, hacia el paraje llamado Los Abedulosos. Una
serie de lagos, con los Mampodres al fondo, hacen una estampa de lo más
espectacular.
Deberíamos
haber llegado hasta una caseta de ICONA, en las Llanas del Monte, siguiendo las
sendas que unen los lagos, y allí coger una pista forestal que nos hubiera
sacado al camino que remonta el valle del Pinzón, o a la carretera del puerto
de las Señales, ya cerca del punto de partida. El caso es que bajamos monte
través, hasta el fondo del valle.
Mala
idea, abandonar las sendas y adentrarse en el matorral, hasta espantamos un
ciervo.
Llegamos
al coche justo al atardecer, convencidos de nunca más abandonar un camino o
senda, por un posible atajo.
El
sitio es precioso, pero la época más indicada para visitar esta zona es sin
duda el otoño. Seguro que volveremos, y no tardando.
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