domingo, 20 de mayo de 2012

Serrones Prietos (13-5-2012)

Serrones Prietos  (13-5-2012)
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SERRONES PRIETOS (1565 m)

 El sábado nos acercamos a uno de nuestros sitios preferidos: las Hoces del río Curueño.
En esta ocasión, pretendíamos hacer parte de la crestería de los Sierros Prietos: Imponentes dientes de sierra calizos al norte del pueblo de Nocedo de Curueño, que caen a plomo sobre el antiguo y deteriorado balneario y ermita de las Caldas de Nocedo.
La ruta comienza desde el precioso pueblo de Montuerto, remontando el valle de Requejo, por el camino que discurre a la derecha del  arroyo Requejo.
Este valle se encuentra totalmente rodeado de una sierra con forma de herradura. Sus extremos se precipitan sobre el río Curueño, y  en su centro se halla el pico Prado Llano (1.723 m), ya ascendido en varias ocasiones por los Romeros.
Una vez llegamos al refugio y al pilón, debemos cruzar el arroyo y coger un sendero que en una tendida diagonal nos acerca a la Peña Cernadera. Este sendero lleva a las Caldas de Nocedo y es imposible perderse porque algún bestia lo ha señalado con spray rosa (en fin, parece que los hitos de piedra ya no están de moda).
La senda nos deposita en unos pastos de alta montaña, entre las sierras calizas, un lugar curioso. Desde aquí es fácil coger la cresta y avanzar en fáciles trepadas y destrepes, hasta que poco a poco la cosa se complica llegando a zonas muy escarpadas, donde lo aconsejable es bajar en pequeños rápeles hasta las zonas de más fácil tránsito.
Te puedes complicar lo que quieras pero nosotros llevábamos una cuerda de solo 30 metros, con lo que tras recorren unos 600 metros de la cresta, nos apeamos a la altura del paraje Valdemanduga. Bajamos hacia la vertiente norte pues la sur, la que da a Nocedo, está cubierta por un denso matorral de pequeñas encinas.
La bajada, por un pedrero muy pindio, nos deja frente a una finca con casa rústica y piscina, que en tiempos formaba parte del balneario de Caldas de Nocedo.
Desde allí cogemos el camino paralelo al río, hasta Nocedo de Curueño donde debemos separarnos de la orilla y dirigirnos al paraje Barracín. En una finca tras abandonar el pueblo podemos ver unas curiosas esculturas hechas con aperos agrícolas metálicos: arados, cadenas…muy integradas en el paisaje.
Continuamos hasta pasar bajo la Peña de la Prendada, donde podemos visitar los restos de una antigua fortificación, antes de bajar sin problemas hasta Montuerto.
Las vistas desde la cresta son impresionantes: es un paisaje precioso. Peña Valdorria, siempre frente a nosotros intimida por su tamaño y cercania, al otro lado del río. La Peña Las Verdes, a un lado del rio y Cueto Ancino al otro, parecen estrangular al Curueño. Más al norte el Bodón también contribuye al incomparable marco.
No hace falta hacer el cabra para disfrutar de esta ruta: una vez que llegamos a la zona de pastos de montaña, cerca de la Peña Cernadera, bajamos por el camino más lógico que es siguiendo la zona de pastos y nos deja en el mismo sitio, en las cercanías de la ermita de Caldas de Nocedo.
En una época magnífica para visitar esta zona. ¡¡ANIMAROS!!