El miércoles, a pesar de que en
León nevaba con fuerza, decidimos ir a escalar las cascadas de hielo del pico
Faro.
Y nos salió bien. Dejo de nevar
en la Vecilla, y cuanto más subíamos mejor tiempo hacía. Tras el café de siempre
en Lugueros, proseguimos hasta Vegarada, donde las máquinas se afanaban en
despejar el ramal de acceso a Riopinos, con poco éxito.
La nevada que hay es
impresionante, asusta la cantidad de nieve y la posibilidad de aludes es real.
Nos dijeron los maquinistas que desde el domingo habían caído cerca de dos
metros de nieve.
Seguimos las huellas de unos
esquiadores de fondo, hasta el paraje de los Colleones, desde allí abrimos
huella por las Fontanillas, hasta el pie de las cascadas. La nieve estaba muy blanda,
e incluso con raquetas te hundías 40 cm. Las últimas rampas, las hicimos en
zig-zag, por relevos de 28 pasos, yo hacía la izquierda y el camarada hacia la
derecha. Tardamos 3 horas en llegar, pero llegamos.
Hicimos la cascada de la
izquierda, aunque también está formada la derecha. Nos llevó bastante tiempo
abrirla, aunque se puede montar en top accediendo a la repisa cimera por un
desvío a la izquierda.
El frío era atroz, y el
asegurador lo pasaba mal. Aunque en cuanto te pones a escalar sudas. Es una
escalada muy física, y como no la practicamos mucho, de un año para otro, te
oxidas un poco.
La vuelta fue a toda mecha, en
una hora estábamos en el coche, justo a las siete, cuando anochece. En cuanto
se quitó el sol, la temperatura se desplomó más.
El que se quiera animar este
finde, tiene un camino pisado para hacer las cascadas o intentar el corredor.
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