sábado, 10 de octubre de 2009

El Bodón (10-10-2009)

El Bodón (10-10-2009)
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El pasado sábado día 10 de octubre, teníamos pensado subir al Pico Faro y al Huevo, por lo que nos dirigimos al Puerto Vegarada, pero al llegar al alto del Puerto decidimos no subir porque la niebla se había metido y no se veía un pico.
No sabíamos que hacer así que como el Bodón (1.960 m.) se veía perfectamente y las previsiones meteorológicas decían que a lo largo del día mejoraba, pues nos dirigimos al pueblo de Llamazares dispuestos a emprender la subida.
Partimos de un camino que sale del cementerio y que además también es el comienzo de una ruta de senderismo que va de Llamazares a Redilluera y a Canseco. A 1 Km. aproximadamente se forma una bifurcación, nosotros tomamos a la izquierda y seguimos por una pista que se dirige a una nave de uso ganadero y que al llegar a un alto nos da entrada a un valle desde el cual podemos ver el pueblo de Lugueros.
Como la ruta no está señalizada, continuamos por la pista hasta que se acabó en una maraña de urces, espinos y ramas secas, por lo que decidimos subir un pequeño monte que nos llevó a la entrada del hayedo que se encuentra justo al comienzo de la canal que da acceso al Collado de Valverde y a la cima del Pico Bodón.
Hasta que se acabó la pista había sido un paseo, el cruzar el hayedo fue como siempre que entramos en un hayedo, precioso…, lo divertido empezó cuando salimos del hayedo y nos colocamos en la canal de subida. Yo concretamente, tengo que reconocer que no era mi mejor día, tiré los tratos a mitad de subida y dije que no seguía, me quedé allí sola y decidí comer y parece ser que el bocadillo entró directamente en sangre porque al terminar miré la subida hasta la cueva y dije “hasta la cueva” y cuando llegué a la cueva miré el Collado y dije “hasta el Collado”.
Las vistas desde el Collado son impresionantes, allí volví a parar porque es para disfrutarlo y estuve sentada sin oir nada más que el viento, sintiéndome pequeña y grande al mismo tiempo, grande porque ser testigo de la inmensidad del lugar, por ser una privilegiada, por tener la capacidad de encontrar ese punto de comunión con la naturaleza, por ser parte de la montaña….
A los 20 minutos mis compañeros que ya había alcanzado la cima descendieron hasta el collado y comieron, ya que no habían parado ni para comer. Era el cumpleaños de Alfonso y lo celebramos brindando con un benjamín que había llevado, será un cumpleaños que nunca olvide porque la compañía, el lugar, el cariño y la satisfacción se unieron para formar un ambiente inigualable…¡Felíz Cumpleaños!
Se empezaron a reir de mí diciendo que ya me valía, subir hasta el collado y no subir a la cima que la tenía a 10 minutos y así picándome decidí subir y ellos decidieron acompañarme. Así fue como llegué a la cima del Pico Bondón, con tan mala suerte que se metió una nube y no pude ver la panorámica desde allí arriba.
La bajada fue tranquila pero tremenda, la hicimos por el mismo sitio por el que subimos con excepción de que al llegar al final del hayedo encontramos un camino que iba por el borde del hayedo paralelo a la pista y lo seguimos un buen rato hasta que al llegar a un claro con pequeñas urces decidimos bajar a la pista y volver por ella.

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